domingo, 25 de noviembre de 2007

Cabezones en The Roxy Club - Sábado 24 de noviembre

Seguiré...seguirás
Por Lucas.

Casi un año ha pasado del regreso de César Andino a Cabezones después del accidente en coche que lo tuvo como desafortunado protagonista junto a Gabriel Ruiz Díaz. Muchas diferencias hay entre este show y aquel en Obras. El lugar es otro. Mucho más chico. La temperatura es otra. Afortunadamente está fresco y los presentes no tienen que padecer el calor insoportable que hubo esa vez en el templo del rock. La banda es otra. Solo quedan el cantante y el baterista de la formación original. Sin embargo, la potencia y la calidad siguen siendo la misma. Siempre óptimas.
Con unos minutos de retraso, y mientras detrás del telón se pone todo a punto para el comienzo, la gente se empieza a inquietar y el clásico pedido con palmas no se hace esperar. Se corren las cortinas y allí está César, agarrado de una especie de bastón que sobresale del micrófono. Alud, Lejos es no estar y Vertiente ponen a saltar al público. Las primeras palabras que les dedica el líder de la banda a la audiencia son: "Estoy mejor". Nuevamente, una lluvia de aplausos retumba en el Roxy.
Un poco de calma llega con las canciones que vendrían a ser las más tranquilas y aun así suenan potentes: Sueles dejarme solo, El vientre y Abismo.
Un asistente le acerca una silla, pero César la rechaza. Acto seguido encara Globo, esa que casualmente dice: "Si caigo moriré".
Momento de presentar a la banda. Los lugares que dejaron a mitad de año Esteban Serniotti, Leandro Aput y Gustavo Martínez fueron ocupados por Leonardo Licitra y Pablo Negro en guitarras y Matías Terragona en bajo. El baterista Alejandro Collados y el vocalista César Andino siguen firmes en la alineación y por eso se llevan las mayores ovaciones.
Ahora sí, la temperatura empieza a subir y se viene un éxito tras otro: Pasajero en extinción, Silencia, Inmóvil, Mi pequeña infinidad, Irte y Frágil ponen la primera pausa.
Vuelve la banda a escena con Buenas noches y Ojos en mi espalda. Parecía el cierre definitivo. Sin embargo, las cortinas se vuelven a abrir y con César sentado y guitarra en mano suena A tus pies y llega el final con Despegar.
Si bien resulta muy difícil superar la performance del Obras del año pasado, donde todo salió perfecto, esta nueva y más que aceptable presentación sirvió para afianzar la reciente formación y demostrar, una vez más, que ante cualquier escollo Cabezones no se deja caer.

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