Por Lucas.
La llegada de los seguidores de Villanos al Teatro de Colegiales en la noche fría arrojaba una sorpresa que pondría de mal humor a varios: a diferencia del año pasado, en lugar del clásico escenario de la planta baja, esta vez la banda se presentó en la sala que cuenta con menos capacidad y con un sonido más pobre.
Desde el comienzo, Villanos puso a saltar a los jóvenes seguidores con Johnny Botón, Sigo de largo, Claudia trampa y Dios es argentino. Pero los momentos de mayor agite llegaron con Llame ya, Sauna, Alta tensión, Pasen y vean (con Carucha de Nativo), Sale caro (aquel hit que los llevó a ser teloneros de Kiss en 1999), Rocanrol Kabeza y Sacate todo –tema en el que varias chicas terminaron en corpiño, mientras que una joven no tuvo inconveniente en hacerle caso a la letra y mostrarles sus atributos a toda la sala-.
Los shows de Villanos cuentan con esas situaciones raras que a veces rozan lo bizarro. Como por ejemplo que Nino Dolce sea anunciado para oficiar de locutor durante un mini desfile que el líder del conjunto iba a hacer, pero que al final no se llevó a cabo ya que el ex Gran Hermano "Famosos" se había retirado del lugar. O que el mismo Niko no soporte el griterío del público entre los temas y vocifere un "cierren el orto". Pero esta vez lo anecdótico quedará en el momento en que cantante del grupo bajó del escenario, se perdió entre la gente y terminó cantando desde el fondo de la sala, mientras la banda seguía tocando Descontrol.
Con la presentación de dos temas nuevos y con un repaso por sus discos –principalmente por Superpoderosos, el álbum que en 2004 les hizo tener más rotación en las radios-, Villanos dio un show prolijo y sin demasiados sobresaltos, más allá de las locuras cotidianas de su líder.
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