sábado, 21 de junio de 2008

José Luis Fernández en La Trastienda - Viernes 20 de junio

Aliado de La Máquina
Por Lucas.

Seguramente para muchos, José Luis Fernández resulte un desconocido. Para averiguar quién es, hace falta remontarse a la década del 70, donde Fernández formó parte de dos bandas que hoy en día no suelen ser tan recordadas pero que fueron pioneras en el rock sinfónico en la Argentina: primero con Crucis y luego con La Máquina de Hacer Pájaros, el grupo que completaban Charly García, Gustavo Bazterrica, Carlos Cutaia y Oscar Moro –un verdadero dream team-.
En Crucis se notaba la clara influencia de Yes y Genesis y con La Máquina siguieron el capricho de Charly de mezclar rock sinfónico y experimental con algunas bases del jazz. Quizás la mejor etapa musical de García.
En aquella época, Fernández tocaba el bajo y fue tentado para integrar el cuarteto Seru Giran, pero sus ganas de tocar blues lo llevaron a declinar semejante oferta, a proponer a Pedro Aznar para ese proyecto y a radicarse en Estados Unidos para continuar con un fallido regreso de Crucis.
Años más tarde comenzó su carrera solista en la que se hizo cargo de la guitarra y que lo llevó a viajar por toda Europa y así adquirir fuertes influencias españolas, que pueden notarse en gran parte de su material. Pero sin dejar de lado el blues y sobre todo el rock sinfónico, que es el que más se destaca en sus presentaciones en vivo gracias al aporte del teclado –instrumento necesario e infaltable para este estilo-.
Además de su joven banda, en La Trastienda, como en cada recital, Fernández contó con el aporte vocal de Ana Quatraro (ex integrante del dúo setentista Agosto) para interpretar gran parte del repertorio, destacándose en Aliado de la Luna, la blusera Como la niebla, Dame más y Tumbas congeladas –todas del disco Piedra de cristal, de 2007-.
Aunque la excusa era adelantar algunos temas del próximo álbum, los puntos más altos del concierto fueron Vampiros de Piedra de cristal, Volar a Bahía del primer trabajo como solista en 1982 (Mira hacia el futuro) y una breve seguidilla de clásicos de La Máquina de Hacer Pájaros en las voces de Claudia Puyó y Quatraro que incluyó una perfecta recreación de Hipercandombe y la Ruta perdedora.
Pese a que la noche no contó con demasiados momentos inolvidables, mas allá de la satisfacción de volver a oír las canciones de la ex banda de Charly, queda la sensación de que es una lástima que un músico con tanto talento sea aprovechado tan solo por las 100 personas que ocuparon la sala y durante apenas una hora de show.

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