sábado, 17 de mayo de 2008

La Mancha de Rolando en el Teatro Roxy - Viernes 16 de mayo

A puro espíritu
Por Lucas.

Luego de visitar Cuba y de presentarse en el Quilmes Rock 2008, La Mancha de Rolando aterrizó nuevamente en Capital para dar un contundente y prolijo show en el Teatro de Colegiales.
Pasadas las 21, la banda oriunda de Avellaneda arremetió en el escenario con cuatro clásicos para calentar la noche: A mi hogar, En la calle, Mago de la lluvia y Siempre esperando.
A diferencia de anteriores conciertos, se pudo ver a un Manu Quieto menos hablador con el público y más concentrado en mantener el ritmo y el clima de agite que generaron temas como La planta, Sincera, Chino y Cabrón. El único momento en que el líder del conjunto se explayó un poco más fue para señalar que ya están trabajando en un nuevo material, que recién estará listo el año próximo, y para anunciar la pronta salida de un disco en vivo.
Luego de la versión potente y veloz de Alta suciedad de Andrés Calamaro, llegó el tiempo de la calma. Primero, Manu en soledad con su guitarra con la tranquila Melodía simple y luego, ya con el retorno del grupo a escena, con Angel del Docke para que el público, que llenó la sala, cante a la par cada una de las estrofas.
El último tramo de la noche estuvo lleno de los hits radiales Regala, Arde la ciudad, Calavera, Dónde vamos y Antes; y de canciones en las que se destacan el teclado de Conde y la guitarra de Franchie como en A vivir y Buscar.
Con Ricardo Tapia sobre el escenario llegó el cóver de La Mississippi, Un trago para ver mejor, que, si bien la intención era buena, el hecho de que la audiencia sólo coreara el estribillo hacía recordar al nuevo segmento de Peter Capusotto: Una que sepamos más o menos.
El cierro con más calma y carga emotiva fue de la mano de El Sur de la ciudad de Pappo. Lentamente los seguidores se fueron retirando con la satisfacción de haber presenciado un repaso en los más de 15 años de carrera de La Mancha de Rolando y con la promesa de un futuro regreso al Estadio Obras.

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