domingo, 18 de mayo de 2008

Kapanga en el Luna Park - Sábado 17 de mayo

Día de la lealtad kapanguera
Por Lucas.

"¡De aquí en más cada 17 de mayo será recordado como el día de la lealtad kapanguera!", gritaba Martín "Mono" Fabio antes de comenzar con el debut de Kapanga en un Luna Park colmadísimo. La ansiada llegada de la banda de Quilmes al mítico estadio cargaba una duda principal: ¿Tienen un público propio que llene semejante espacio? Quedó en evidencia que sí. La noche del 17 de mayo quedará en la memoria de los que estuvieron en lo que fue una verdadera fiesta, que contó con todos los ingredientes: invitados, más de 30 temas, el 90 por ciento del lugar lleno y, por supuesto, la locura de la banda homenajeada.
Puntual, a las 21.30, la primera en sonar fue Contramano, seguida de Para mí. Desde ese momento, hasta el final, la alegría del Mono estuvo presente durante las dos horas y media en que Kapanga puso a saltar a toda la gente con temas como Ramón, Mesa 4, Elvis, Desesperado, Indultados, El loco, Rock y En el camino.
En estos 10 años de carrera (a los que habría que sumarle casi la misma cantidad si se tiene en cuenta el antecedente de Kapanga y sus Yacarés), la banda siempre fue un recurso infaltable en cada festival nacional. Así fue como hicieron amistades que no se quisieron perder la fiesta kapanguera.
Los Karamelo Santo en su totalidad fueron los primeros en sumarse para colaborar en Fumar. Presentado como el hombre que levanta el ánimo de cualquiera que esté bajoneado, Fernando Ruiz Díaz le puso más agite del que se podía esperar a la noche para encarar El Universal. Con Pablo Romero de Arbol y con la simpática La Taberna llegaron los momentos del pogo. El locutor por excelencia Alejandro Nagy en guitarra (y con una remera de Vilma Palma) y "Maikel", haciéndose cargo de la voz cantante, pusieron la calma en Me voy yendo. No todo es pum para arriba en los shows de Kapanga, también están esos temas un poco más tranquilos como el hit Postal, Flotar, Perdóname y la emotiva Crece, más que representativa para esa noche.
Para el cierre de la primera parte del recital, el invitado de lujo fue el ex integrante Marcelo "Balde" Espósito para entonar Una nube.
Sin embargo, uno de los partícipes que se llevó todos los aplausos fue Tobías Favio, el hijo del Mono pasó gran parte del concierto arriba del escenario con su mini guitarra y corrió de un lado para el otro, revoleando su larga cabellera y pegando saltitos como una estrella de rock.
Antes de meterse de lleno en los bises, "Maikel" deslumbró a los presentes con un solo de guitarra, al mejor estilo Angus Young, que le valió la ovación de sus compañeros y de todo el estadio.
Para clavarle el broche de oro a la noche, Kapanga puso a bailar a la gente con esos cuartetos que tanto gustan a sus seguidores: Mujeres, Amor secreto, Agujita de oro, Amor de mañana y La Karavana.
Para el cierre quedaron las infaltables Me mata y El Mono relojero. Pero antes, con Un lugar, llegó el momento más emotivo de la noche cuando el Mono, entre lágrimas, le dedicó esa inolvidable noche a la memoria de su padre fallecido.
Después de dos horas y media la fiesta concluyó, pero la alegría kapanguera quedará en el recuerdo de aquellos que fueron a celebrar la coronación de una banda que, luego de andar tantos caminos, tuvo su soñado arrivo al Luna.

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